Domingo anterior al Domingo de Ramos

Decenas de puestos de rosquillas y melindres (rosquillas recubiertas de almíbar) instalados en el céntrico Parque de San Lázaro indican la llegada de esta festividad, prólogo de la Semana Santa. La fiesta conjuga las celebraciones religiosas (procesión incluida) con el curioso espectáculo de la quema de las madamitas: figuras de alambre y papel rellenas de pólvora a las que se hace explotar mientras giran frenéticamente.

El espectáculo tiene sus raíces en la Edad Media, recreando un ritual de purificación vinculado al lazareto o leprosería que hubo en la zona (antaño las afueras de la ciudad) y a las capillas dedicadas a este santo.

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